Río Segura

Río Segura entrando al Salto de la Novia
Fotografía de Jesús Joaquín López Moreno (2023)

La arteria del Valle de Ricote
El Río Segura representa el mayor curso fluvial de la Región de Murcia, siendo el principal protagonista del Valle de Ricote geográfico, que lo recorre de norte a sur. Su existencia ha dado lugar al desarrollo de una agricultura de regadío de gran tradición, tanto por el uso de sus aguas, como de las vegas de su cauce, así como a los asentamientos humanos que se suceden a lo largo de su recorrido. Pero el Segura es, además, poseedor de interesantes valores patrimoniales relacionados con la biodiversidad, desde mucho antes de que los humanos nos asentáramos junto a él por estas tierras.

La vegetación
El medio natural del río, junto con su comunidad de seres vivos, es lo que se denomina ecosistema fluvial. A primera vista, se diferencia del resto de su entorno (huertas, sierras y pueblos) por la vegetación que crece en sus riberas, donde entran en juego diversas especies. Entre los árboles más característicos encontraremos álamos (Populus alba) y olmos (Ulmus minos), situados junto a la orilla. Como ejemplo, los últimos forman una importante olmeda en la margen derecha del río, aguas arriba del Salto de la Novia. Otros árboles ligados a este ambiente, que podemos reconocer en la zona, son los tarays (Tamarix canariensis). En menor medida, fruto de restauraciones ambientales, se pueden detectar algunos ejemplares de fresnos (Fraxinus angustifolia), sauces (Salix fragilis) o almeces (Celtis australis). También podemos encontrar higueras (Ficus carica) y palmeras (Phoenix dactylifera), que, aunque no son típicamente ribereñas, han sido favorecidas por el hombre a través de su cultivo en las zonas de huerta aledañas.

Entre la vegetación arbustiva tenemos sobre todo carrizales (Phragmites australis) y cañaverales (Arundo donax), ambos con crecimientos desmesurados debido a los cambios en la fisionomía del cauce del río (encauzamientos y escolleras principalmente), por la ausencia de arboledas y por el abandono de los usos tradicionales que antaño se daban en las márgenes (aprovechamiento de la caña, acceso a las orillas por personas y ganado…). También forman parte de la vegetación riparia las adelfas o baladres (Nerium oleander), espadañas o aneas (Typha domingensis), madreselvas (Lonicera biflora), zarzamoras (Rubus ulmifolius), juncos (Juncus acutus) y los vistosos lirios amarillos (Iris pseudacorus), entre otras. Esta franja de vegetación, en su origen o en las zonas donde se encuentra mejor conservada, conforma lo que se conoce como bosque de ribera.

Fotografías de Héctor Manuel Quijada Guillamón

¿Por qué es importante la vegetación de ribera?
La vegetación de ribera, además de albergar una alta biodiversidad (muchas especies de plantas y animales), contribuyen a sujetar los márgenes del río, evitando la erosión de las orillas y disminuyendo la velocidad en las inundaciones. También depuran de forma natural las aguas, al retener los nutrientes; sombrean el cauce y las riberas; son corredores ecológicos; tienen un alto valor cultural; suponen reservas de biodiversidad; poseen un alto valor paisajístico y un gran atractivo para el turismo sostenible y el uso recreativo debido a su belleza.

Río Segura a su paso por Ojós en el año 1889, visto desde
el Salto de la Novia. Fuente: compañía parisina J. Lévy et Cie
(colección de Jesús Joaquín López Moreno)


La fauna
La fauna del entorno del Río Segura también es diversa. Incluye como especie de pez autóctono al barbo gitano (Luciobarbus sclateri) y reptiles como el galápago leproso (Mauremys leprosa). También posee una gran diversidad de aves con posibilidades de ser observadas o escuchadas, según la época del año, como el martín pescador (Alcedo attis), lavandera cascadeña (Motacilla cinerea), ruiseñor común (Luscinia megarhynchos), ruiseñor bastardo (Cettia cetti), pájaro moscón (Remiz pendulinus), oropéndola (Oriolus oriolus), gallineta común (Gallinula chloropus), anade azulón (Anas platyrhynchos), garza real (Ardea cinérea), avetorillo común (Ixobrychus minutus) o garceta común (Egretta garzetta), entre otras que, como el cormorán grande (Phalacrocorax carbo), pueden avistarse en vuelo, ya que utiliza como zona de invernada y dormidero el Azud de Ojós. En el grupo de los mamíferos tienen cabida la rata de agua (Arviloca sapidus), el murciélago hortelano ibérico (Eptesicus isabellicus) y la nutria (Lutra lutra), la especie más relevante y en peligro de extinción. Tampoco podemos olvidarnos de los invertebrados vinculados directamente con la existencia de agua, como zapateros (Gerris lacustris), nadador de espaldas (Notonecta glauca), escarabajos acuáticos (Colymbetes fuscus y Agabus nebulosus) y diversas especies de odonatos: caballitos del diablo y libélulas.

Fotografías de Héctor Manuel Quijada Guillamón

La nutria
La nutria es un mustélido acuático, simpático y juguetón, que vive en los cauces de los ríos, alimentándose de peces y otros animales acuáticos (cangrejos, anfibios, culebras de agua, etc.). Para poder vivir precisa que los ríos donde habita presenten aguas con una calidad aceptable, así como unas orillas con su vegetación en buen estado, donde poder refugiarse y tener a sus crías. Por ello, la nutria y la vegetación de ribera están íntimamente relacionadas: la supervivencia de la primera depende estrechamente del buen estado de conservación de la segunda.

Nutria (Lutra lutra)
Fuente: Proyecto Nutria

Aunque desconocida para la mayoría de los ciudadanos, por sus hábitos nocturnos, la nutria vive en las vegas media y alta del Río Segura y en algunos afluentes de éste. Sin embargo, su situación es bastante preocupante debido a que existen pocos ejemplares, por lo que ha sido declarada especie en peligro de extinción.

Se ha demostrado que la nutria actúa como una especie bioindicadora de las condiciones del hábitat. Los niveles de contaminación y calidad de las aguas deben ser adecuados para su presencia, así como la abundancia suficiente de peces, cangrejos o anfibios, y la conservación de las orillas y lechos naturales de los cursos de agua. Por tanto, la presencia de la nutria en un río es señal de calidad ambiental y, por ello, ha de ser un objetivo en todo plan de recuperación de una cuenca hidrográfica.

Huellas de nutria en el Salto de la Novia
Fotografías de Héctor Manuel Quijada Guillamón

Esta especie está catalogada a nivel europeo como Especie de Interés Comunitario (por la Directiva 92/43/CEE de Hábitats Naturales y de la Fauna y Flora de la Unión Europea). A nivel estatal se la considera como especie de Interés Especial (Real Decreto 439/1990, por el que se regula el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, artículo 30.1 de la Ley 4/1989 de Conservación de los Espacios Naturales y de la Fauna y Flora silvestre) y como Vulnerable en el Libro Rojo de los Vertebrados de España (Blanco y González, 1992). Por último, en la Región de Murcia se cataloga como especie en Peligro de Extinción (Ley 7/1995, de La Fauna Silvestre, Caza y Pesca Fluvial).

Texto: Héctor M. Quijada Guillamón (2016).